sábado, abril 09, 2011

Mónica Antonópulos: "No me perdía ninguna de las de Andrea del Boca"

Y su madre estuvo a punto de llevarla a un casting para hacer de su hija. Fue modelo, tapa de `Playboy’, pintaba para contadora y un día llegó a la TV. Y no se bajó más.

No se ampara en los eufemismos ni en los lugares comunes del entrevistado que maquilla el pasado. Y, entonces, dice que "puede sonar raro, pero mi carrera es como un electrocardiograma... Yo desconfío un poco de los caminos muy lineales". Fue modelo publicitaria. Fue tapa de Playboy. Fue presentadora de TV. Fue a cásting en los que no quedó y otros en los que quedó seleccionada para desplegar su histrionismo, esos que le permitieron ser hoy, por caso, una de las cartas fuertes de El elegido (a las 23, por Telefe). Llegó a ser, finalmente, lo que se había propuesto de chica, cuando en su casa "teníamos la tele prendida las 24 horas. Para que te des una idea, no me perdía ninguna de las de Andrea del Boca", reconoce Mónica Antonópulos, la que estuvo a unas cuadras de hacer de su hija: "Como yo era rubia y tenía los ojos claros como ella, mi madre me hizo la permanente, porque en esa época Andrea tenía rulos... Pero quedé como Maradona".

El relato sobre la previa a esa prueba a la que finalmente no fue da cuenta de su gracia en estado puro, de su capacidad para reírse del anecdotario familiar, que incluye el día en el que su mamá la llevó al cásting de Grande, pá para ser una de las `chancles’ y, como quien no quiere la cosa, también coló una foto suya. "Mi vieja es muy luminosa, un ser hermoso que me estimulaba muchísimo... Creo que ella también quería ser actriz", comparte quien descubrió su vocación en la infancia, que no se truncó a pesar de no haber quedado para el programa de Arturo Puig.

Bisnieta del griego que reafirma el origen de su apellido, comenta que también su padre tuvo que ver con las curvas de su hoja de ruta: "Después del secundario, traté de cumplir con el deseo de mi papá, que quería que fuera contadora y la verdad es que no puedo sumar dos más dos. Llegué hasta segundo año y me cambié a Márketing y a Publicidad, mientras empecé a estudiar teatro. Y un tiempo después hice varios avisos". La cara bonita de uno de los comerciales de la cerveza Isenbeck -entre muchos otros que dejaron pispear sus soltura frente a las cámaras- había debutado en el género a los 15 años, en un corto de una crema grabado en Colombia.

Frente a un cortado, con las ropas y el estilo de su Greta de ficción -abogada exitosa, lesbiana y con un look "opuesto" al suyo-, recuerda que mientras definía su destino, entre la facultad, los mandatos y el sueño de ser actriz, "trabajaba en una empresa de electrodomésticos, vendiendo artículos por teléfono. Era bastante chamuyera, tenía una impunidad terrible. Es más, me ascendieron y terminé entrenando a otros vendedores con más experiencia que yo. Pero de ahí me fui decidida a actuar. Fui dejando las materias, le anuncié el tema a mi padre... Imaginate, tragedia griega. Con esa mochilota a cuestas me lancé a mi deseo".

Así, de la mano de la publicidad y de sus personajes en El ojo cítrico, fue construyendo su andar en TV: "Se ve que alguien unió la cola con la cara y con la persona que también podía hablar y me fueron apareciendo oportunidades". Tuvo su desembarco en el horario central con papeles en Sin código y en Son de Fierro, "luego me llegó la chance de hacer teatro (Extraña pareja), y apareció lo de Playboy y no me detuve mucho a pensarlo. Tal vez dije que sí como un acto de rebeldía a mi padre, andá a saber. Me lo banqué y cuando salió me dio cosita, pero después me relajé".

¿Y si ahora te llamaran para hacer otra? No, ni loca. No me arrepiendo de haberlo hecho ni me arrepiento de nada. Habré dicho que sí porque en su momento no me hizo ruido. Pero ahora sé que no lo haría.

Habla claro Antonópulos, con un cigarrillo a mano y la honestidad a la orden del día. Confiesa que se reconoce "más en la infancia que en la que era hace seis meses... Me redescubro en mis zonas vulnerables, en mi parte más sincera. Todo el tiempo estoy muy conectada con mi niñez", con esa nena criada en San Justo, con el asma como límite y la calle como "espacio de plena libertad... Nosotros sacábamos la silla a la vereda y todo. Me acuerdo mucho de mi madre protestando porque a una cuadra era zona fabril y el hollín que había era tremendo y se complicaba respirar aire puro". Dice que odiaba a las Barbies, que le encantaba disfrazarse y que "me fascinaba jugar sola".

Pareja del actor Coraje Abalos, tiene 29 años y la "tranquilidad de que ya no me desespero cuando no hay trabajo, ya sea porque no me llaman o porque algún proyecto no me cierra". En esas horas, la lectura -ahora lee La pasión según G.H., de Clarice Lispector- y la música asoman entre sus preferencias: "Podría mentir que canto bien y cuando lo hago me divierto mucho, como cuando bailo".

En las fiestas de casamiento sos la que...

Soy la que la rompe en la pista.

Tiene una sutil combinación de gracia y seriedad. No contesta como la mayoría. Es diferente. Y se hace cargo.
Clarin

1 comentario:

  1. La madre era timida en la niñes por ahi deposito en ella sus sueños,igual es lo de ella me parece lo esta haciendo muy bien es talentosa y de una beleza original parecida a la madre y a la tia que lleva su mismo nombre Monica

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