domingo, abril 10, 2011

Luciana Salazar Después del desamor

Tras su meneada ruptura con Martín Redrado, se confiesa: "Una separación no es agradable para nadie, pero nunca miro para atrás, no me quedo en el dolor". Además, habla de su actuación en "Un año para recordar" y de su apuesta a la música. Lo que pasa en mi vida lo saben muy pocos"



La política desune", dice Luciana Salazar, tras la meneada ruptura de su romance con Martín Redrado, el ex titular del Banco Central. En tren de confesiones, cuenta que el final fue doloroso, pero que ella mira al futuro. En el horizonte, se ve triunfando en la música y lanzándose como empresaria. Entretanto, el jueves comenzó su participación en Un año para recordar (Telefe), la tira de su primo, Sebastián Ortega. Allí, se la vio en el rol de Jazmín, postulándose como enfermera para cuidar a Francisco (Osvaldo Santoro). Jazmín admite no tener experiencia profesional y cuenta que ni siquiera terminó el secundario. Pero le dan el puesto por una cualidad evidente: su anatomía infartante.

¿Cuántas puertas te abrió a vos la belleza? Ser lindo, o llamativo, o tener algo que le guste a la gente puede abrirnos todas las puertas. Después, la cuestión está en sostenerlo. Eso es lo más difícil; ahí es donde muchos quedan en el camino. Yo creo que una artista tiene que tratar de cuidarse, porque vive de la imagen, que es lo que la gente consume.

Pero, después, ¿qué hago?: ¿Me quedo sólo con lo físico o demuestro que tengo mucho potencial, que me preparo, que me sigo perfeccionando, que me reinvento, que el día de mañana podría tener una empresa o manejar mis propios productos? Admiro a los artistas de afuera en cuanto a su capacidad de ser multifacéticos, de tener marcas de todo tipo.

¿Te gustaría imitarlos en su faceta empresarial? Sí, me encantaría hacer eso. Es como decir "mirá que también puedo inventar cosas que la gente consuma". Quieras o no, tu nombre termina siendo una empresa, una empresa que vos tenés que saber administrar y hacer crecer. Si uno lo plantea de esa forma, puede generar muchas cosas. Si me quedara sólo con que soy linda, eso me serviría un tiempito y nada más.

Pero no, yo tengo una cabeza que mira en alto, y allá voy.

Cuando empezaste a presentarte como "Lulipop", ¿sentías que te estabas reinventando? El reinvento no fue tanto pasar a llamarme Lulipop sino el hecho de haber estado estudiando canto, calladita, durante varios años, viendo que tenía condiciones, y sintiéndome preparada para apostar a lo musical junto a una compañía tan fuerte como Warner.

¿Tu futuro pasa por la música? Claro, eso quiero, y a eso estoy apuntando. Este año quiero focalizarme en la música, estoy preparando un proyecto muy importante del que aún no puedo adelantar nada. Yo no no estudié para ser modelo ni para ser vedette. Arranqué como modelo, pero lo mío es la actuación y el canto. Para eso me preparé, me tomé el tiempo de estudiar y de progresar. Los actores tenemos momentos en los que los productores deciden darnos "la" oportunidad. Y a veces, después de darnos la oportunidad, se sorprenden con lo que podemos rendir.

¿La belleza te jugó en contra para que te dieran esa oportunidad? No, la belleza nunca juega en contra. Lo que hace la belleza es que la gente espere más de vos. La actidud constante suele ser: A ver qué hace, ¿sólo va a exhibir el cuerpo o va demostrar que puede hacer algo más? La gente está muy pendiente de comprobar si uno tiene talento de verdad. Yo no lo veo como una contrariedad sino como una exigencia. Si me lo planteo como un desafío, el día que lo logre me voy va a sentir mucho más satisfecha que aquel que no tuvo que hacer tanto esfuerzo para lograrlo.

¿De qué rubro será la empresa que estás pensando armar? Algo vinculado con la estética, la moda, el cuidado personal, las cremas, los perfumes. Soy muy coqueta; por demás. Desde chiquita era así, me disfrazaba, me pintaba, me ponía los tacos de mi mamá.

Parece que el cuidado del cuerpo no te resulta un sacrificio.

No, porque lo llevo en la sangre. Lo hago con amor. Me encanta. Antes de ser conocida me dedicaba todavía más a esas cuestiones, porque tenía más tiempo, ya que lo único que hacía era estudiar.

¿Qué sentís cuando en los medios se opina de las muchas transformaciones que le hiciste a tu cuerpo? No me importa nada. En la vida pública, uno está muy expuesto.

Yo creo que el artista de verdad tiene que guardar algo de misterio.

No digo que te vuelvas tan misteriosa como para que no se sepa nada de vos. Pero algo de misterio en la celebridad tiene que haber, para que la gente diga "Ah, ¿cómo será?". Cuando veo las celebridades que me llamaban la atención, no sé si quiero conocer todo sobre ellas. Siempre hay que guardar algo para uno. Nunca hay que contar todo.

Vos supiste hacer muy bien eso de sembrar misterio en torno a tu vida.

Por caso, en relación a tu supuesto romance con Luis Miguel...

Claro, yo jamás confirmé ni negué nada. Mi vida es mi vida, lo que pasa en mi vida lo saben muy pocos.

Y con eso me basta y me sobra.

¿Lo hacés como una estrategia profesional? No, yo soy así: no me gusta saber todo de todo el mundo, y tampoco me gusta compartir mis cosas con todo el mundo. En el ámbito en el que me muevo, soy una chica un poco cerrada. No es que sea antisocial, pero tengo un grupo muy reducido de gente al que le cuento mis cosas. Seguramente porque en la vida me llevé muchas desilusiones con personas en las que confié.

Eso te vuelve un poquito cerrada, y hace que te manejes sólo con la gente a la que querés y de la que estás segura que no va hacerte nada feo. Soy muy cuidadosa en ese sentido.

¿Por qué elegiste contar en Twitter las instancias de tu romance con Martín Redrado? (Ver "La reina del tweet").

Te cuento: cuando se blanqueó en Twitter fue porque los medios nos habían ganado de mano. Esa es la verdad. Cuando los medios te ganan de mano, ya no podés llevar una vida normal, porque tenés guardias frente a tu casa. Yo tenía guardias y la otra persona, también. Yo lo manejé muy bien durante un tiempo, pero cuando estuvo muy blanqueado por la prensa, ya se hizo muy difícil. Y lo conté en Twitter porque creo que la gente que me sigue allí es la que realmente está interesada en saber lo que me pasa. Quería compartirlo con ellas. Había tantas revistas que me estaban pidiendo una nota sobre eso que publicarlo en Twitter fue como decirles "Chicos, yo me llevo bien con todos".

Es la misma lógica de comunicación de Ricky Martin o Shakira, entre otras muchas celebridades Sí, porque eso te saca la presión de las entrevistas exclusivas. Vos escribís en Twitter, y después lo levantan todos.

Cuando escribiste el tweet sobre el final de tu romance con Martín Redrado, ¿pensaste: "Uy, todo lo que se me va a venir encima ahora..."? No, porque fue por lo mismo que cuando se blanqueó: si yo no publicaba que había terminado una relación, el día que él o yo saliéramos con otra persona, iban a decir "mirá, le metió los cuernos". Yo prefería evitarlo. Por eso me anticipé y dije " bueno, miren, chicos, hoy puse punto final, listo, basta". Fue para que después, ambas partes pudiéramos llevar una vida normal.

¿Y lo conseguiste? Sí, la verdad es que sí, desde el día que tomé la decisión. Una separación no es agradable para nadie, pero soy una chica que mira para delante. Nunca miro para atrás; no me quedo en el dolor. Siempre miro lo bueno que va a venir o que va a pasar.

Dijiste que te habías sentido defraudada. ¿También superaste esa sensación? Yo de ese tema no quiero hablar, pero ya viste cómo son las etapas de una persona: primero viene la bronca, luego queda un poquito de dolor y después ya viene el "bueno, me quedo con lo lindo".

Y sí, todo termina algún día... La otra opción es no haberlo vivido...

Claro, totalmente, mejor vivirlo que no vivirlo. Ya está, todas las experiencias nos sirven para algo.

¿Te gustaría militar en política? ¡Me encanta hablar de política! Durante los dos años en los que cursé Derecho en la Universidad Católica fui una aficionada a hablar de política. En mi casa siempre se habló mucho de política. Sobre todo mi papá, porque trabajaba con mi tío (Palito Ortega), que estaba en política. Me gusta mucho hablar y debatir sobre asuntos políticos.

De hecho, con la otra persona de la que estábamos hablando recién, en su momento, también me gustaba mucho conversar de política y de proyectos. Pero, por otro lado, la política tiene un sabor amargo para mí. Siento que la política me sacó algunas cosas. Sin entrar mucho en tema, siento que la política desune.

¿Por qué? ¿Quizás porque que la política es muy demandante? Porque hay muchos intereses. Es muy difícil llevar una vida normal cuando hay tantos intereses... Hasta ajenos. No me gustaría ocupar un cargo político, pero sí acompañar a alguien con cuyo pensamiento me sienta identificada, desde el lado humanitario; a través de alguna fundación, por ejemplo.Pero, hoy por hoy, no me imagino ocupando un cargo público.
Clarin

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