miércoles, marzo 09, 2011

Los besos prematuros

Se miran en el primer capítulo, se desean sin decirlo, se evitan hasta que no pueden hacerlo, y llega el beso. Transición típica que supieron seguir al pié de la letra los autores hasta ayer, hasta un pasado muy reciente, hasta que decidieron que la espera debía acortarse y que el encuentro entre dos bocas hoy significa bien poco. Hasta hace muy poco, el televidente comprendía que en las ficciones los tiempos eran mucho más largos que en la vida real, y que aquel beso que fuera de pantalla tarda en llegar una semana, o dos días, o apenas unas horas, en la TV podía demorarse meses. Se comprendía el código y ese encuentro furtivo era esperado con las mismas ansias que en la actualidad se espera el contacto sexual. Se deseaba ese piquito inocente, o esa “chapada salvaje”, o la variante de beso que elegían darse los protagonistas de la escena.

Pero hoy los ejemplos demuestran que los tiempos cambiaron, y que los guionistas decidieron aggiornarse y correr en paralelo a los ritmos de la calle, y estar acordes con aquel pensamiento que indica “que un beso no se le niega a nadie” y que, por ende, no puede ser un momento clímax de la historia. No obstante, este cambio actitudinal no se efectuó hace mucho, sino que es más bien reciente, ya que buceando en la enciclopedia de la tele se puede saber por ejemplo que el beso entre Alma (Julieta Díaz) y Leo (Luciano Castro) en Valientes se concretó luego de cuatro meses en el aire. Pero hoy el reloj camina mas ligero, los acercamientos no tardan, los protagonistas no pueden ni quieren controlarse, y apenas lo sienten, besan y regalan besos a quienes, según dicta “la biblia”, irán a ser sus galanes y heroínas a lo largo de todo el cuento.
En el caso de Contra las cuerdas, el beso efusivo e inconsciente sólo se hizo esperar cuatro capítulos, y ocurrió cuando Ana (Soledad Fandiño) decidió hacer lo que nunca antes, y sorprendió a Ezequiel (Rodrigo De la Serna) en el aula de la Cooperativa.

Con respecto a El elegido, el primer beso entre Mariana (Paola Krum) y Andrés (Pablo Echarri) se demoró apenas un mes, y se concretó cuando él no dio más y decidió tocarle el timbre en plena madrugada “para comerle la boca”. Y el mismo tiempo tardó el beso entre Emilia (Marcela Kloosterboer) y Lucas (Marco Antonio Caponi) en Herederos, que se animaron a dárselo en medio de una lluvia torrencial. De esta manera, lo que queda por entender es que las ficciones van por más, y que sus autores miden lo que le sucede a un público que ya no considera al “beso” un momento cumbre.
Television

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